miércoles, 18 de febrero de 2015

SEGURIDAD ANTE TODO.

No queda nada para el fin de semana, y algunos tienen la suerte de salir de viaje. 

¿Qúe cosas debemos revisar en nuestro vehículo?
Especial atención al llamado "triángulo de seguridad", que comprende amortiguadores, neumáticos y frenos, junto con los demás elementos básicos del vehículo.

Los amortiguadores: 
Uno de los componentes más importantes de la suspensión de un vehículo son los amortiguadores. A medida que se rueda con el coche, tanto el aceite del interior del amortiguador, como los elementos que regulan el flujo de este aceite se van degradando. La falta de mantenimiento de los amortiguadores y de las suspensiones produce una disminución de la estabilidad del vehículo, lo que puede ocasionar un accidente grave. En este sentido, hay ciertos indicios que denotan que los elementos de la suspensión de un coche requieren de una revisión. Se puede hacer una comprobación apoyando todo el peso en la carrocería del capó y soltando de golpe. Si el coche únicamente sube, el amortiguador está, casi con total seguridad, en buen estado. Por el contrario, si sube y rebota hacia abajo, lo más probable es que al amortiguador le quede muy poca vida útil. Si el coche oscila arriba y abajo en marcha, en cualquiera de los ejes o en los dos, cada vez que hay un bache, o hace extraños al coger una curva, ha de llevarse al taller porque, probablemente, los amortiguadores están en las últimas. Los amortiguadores se revisan, normalmente, a los 30.000 ó 50.000 kilómetros, y suelen requerir un cambio tras unos 50.000 ó 60.000 kilómetros. Unos amortiguadores en mal estado, además de poder provocar accidentes al causar inestabilidad en el coche (sobre todo, al frenar y en las curvas), pueden ocasionar desgastes irregulares en los neumáticos. Por ello, antes de viajar hay que comprobar el estado de las suspensiones.

Los neumáticos: 
Constituyen el único punto de contacto del vehículo con la calzada y son esenciales para conseguir un alto nivel de adherencia, capacidad de frenada, prestaciones y seguridad. Ante el inicio de un viaje se debe comprobar el desgaste de los neumáticos, y revisar sus flancos y laterales, por si tienen algún golpe. Los neumáticos deben cambiarse cuando la altura del dibujo esté en 1,6 mm o por debajo. Además, atendiendo al manual de mantenimiento, conviene hacer una verificación de la presión, estando en frío, y teniendo en cuenta si se va a llevar más carga de la habitual. En este caso, hay que hincharlos más. En cuanto a la colocación de la carga, se debe situar las maletas más pesadas en la parte inferior del portaequipajes, equilibrando los pesos por cada rueda. Asimismo, hay que revisar que se lleva el gato y la llave, y se debe comprobar la presión de la rueda de repuesto.


Los frenos: 
Para asegurar su óptimo funcionamiento es de vital importancia la comprobación de los frenos, así como la revisión del líquido de frenos, inspeccionando el depósito que lo contiene. El nivel debe estar entre el mínimo y el máximo de las marcas consignadas en el contenedor. Además, conviene utilizar el producto recomendado por un mecánico especialista, en función de la marca y modelo del vehículo, el uso que se le dé y la zona habitual de circulación. En cualquier caso, los expertos aconsejan reemplazar el líquido de frenos cada dos años o, incluso, antes. Si, al hacer la comprobación de los frenos, se percibe alguna carencia no se recomienda volver a rellenar el depósito, sino que conviene vaciarlo por completo en el taller y purgar el sistema, para evitar mezclas y contaminaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario